domingo

14

Llegan los cinco a la calle por donde va a ser la misa, y apenas encuentran un lugar para entrar, porque las calles se van llenando poco a poco de personas.
- Casi todos vienen muy elegantes - te dice Mariana.
Y sí, todos los hombres de sombrero y saco, las mujeres de vestido largo. Todos están muy serios, callados, esperando a que empiece el ritual. Este pasa bastante rápido, y a la salida todo se transforma: puestos de comida, tamales, ponche, atole, garnachas. Más para allá hay loterías y se ve un grupo listo para empezar a tocar frente a una improvisada pista de baile. Luces y focos de colres están por todos lados.
La gente va entrando poco a poco, pagando su boleto, y van caminando rápido, por parejas o familias, a lo que más les interesa.
Los cuatro están asombrados, hay muchísimos colores, muchísimo ruido, la gente parece estar toda contenta, pasándosela bien. Es como ver una película vieja, pero a colores y en vivo.
- No lo puedo creer - dice Julián - todo lo que nos ha pasado es muy impresionante, pero esto debe ser lo más...
- Sí, lo más asombroso - dice Pedro.
Desde que acabó la misa no han visto a Don Fili, quien se fue a saludar a alguien y no ha vuelto a su lado. Deciden entrar a la fiesta, sólo que al llegar a la entrada les piden un peso a cad uno para entrar.
- Yo no tengo ni un clavo - dice Julián.
- Ni yo - dice Pedro.
- A ver, yo tengo... - dice Mariana, y saca un billete de 20 pesos.
Las dos mujeres que están recibiendo el dinero se quedan mudas, y observan el billete literalmente pasmadas.
- Pero esto no es dinero - dice una de ellas, arrugando el billete azul y plastificado con el rostro de Juárez - no es ni papel...
- ¿Cómo no va a ser dinero? - dice Julián - ¿qué no ve que ahí dice, Banco de México, 20 pesos...? - Pero mientras lo va diciendo se va dando cuenta de que los billetes seguramente no eran los mismos en 1944 que en el futuro y se queda callado.
- Mejor dale monedas, Mariana, ¿tienes? - dice Pedro.
- Sí, sí, esteeee, mejor monedas, miren... - contesta una de ellas, regresando el billete.
- Aquí tiene - dice Mariana, sacando cuatro monedas de a peso de su bolsa.
- ¡Esto tiene que ser una broma! - dice una de las señoritas - ¡Estas monedas son falsas! ¡Dicen: Año 2000!
En ese momento Don Fili, acompañado de la Maestra Delfina se acerca y le quita las monedas a la señorita.
- Disculpe a los niños, por favor, sólo querían hacer una broma. Aquí tiene los seis pesos de la entrada, incluyéndome a mí y a la señorita - dice, y le entrega seis monedas grandes y plateadas.
- Así sí, señor, pasen ustedes.
Al pasar Don Fili y la Maestra Delfina les dicen:
- Por favor vayan con cuidado, no anden diciendo por ahí que vienen de dónde vienen... quién sabe qué pueda pensar la gente. Una cosa es que nos hayan convencido a nosotros dos y otra cosa andar diciéndolo por ahí...
- Así que tengan, con esto debe de alcanzarles para casi todo lo que quieran hacer - dice Don Fili, y les da un peso a cada uno.
Examinas la moneda detenidamente. Tiene un sol de un lado y dice Un Peso, y del otro tiene el escudo de las monedas, pero se ve muy viejo. Además brilla mucho, mucho más que las monedas a las que estás acostumbrado. Preguntas por qué brillan tanto.
- Son de plata - dice Don Fili.
Julián mira su moneda, asombrado.

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Sigue...