martes

12-2

Ya que están todos juntos, Pedro anuncia:
- Yo encontré los hoyos para las porterías...
- ¿Pero encontraste las porterías también baboso? - le pregunta Julián.
- No, pues no, pero...
- Entonces no me presumas, mocoso, ya de por sí estoy harto de estar aquí y de buscar esas estúopidas porterías... ¿por qué no hicmos unas nuevas de madera y ya, a ver, por qué? - le pregunta a Pedro mientras se le acerca, amenazadoramente.
- Pues yo ni sé, finalmente, y a fin de cuentas el baboso eres tú porque no se te ocurrió eso antes... - le responde Pedro, muy enojado.
Están a punto de golpearse, Mariana está escondida atrás de ti. Peor justo en el instante en el que parece que se van a dar el primer golpe, se escucha un gran crujido detrás de Julián. Pedro levanta la mirada y grita:
- ¡Cuidado!
Tú volteas hacia arriba y puedes ver como una de las paredes a medio construir se está cayendo, y parece que va a caerse justo encima de Julián.
- ¡Iiiiiiiiiiiiiiiiiiii! - grita Mariana.
Pero antes de que puedas hacer nada, Pedro agarra a Julián del cuello y lo jala lejos de donde, segundos después, cae la mitad de la pared con un gran estruendo y mucho polvo.
Cuando el polvo se disipa Mariana sale corriendo buscando a su hermano.
- ¡Pedro! ¡Pedro!
En el piso están Pedro y Julián, cubiertos de polvo. Se levantan, primero Julián y luego Pedro. Mariana pregunta:
- Pedro, ¿estás bien?
- Sí, sí, estoy bien - contesta, y tose un poco.
- Baboso, si no me hubieras jalado te hubiera metido tus buenos trancazos... - le dice Julián mientras se sacude el polvo.
- Pero, pero... - intenta decir Mariana, sin embargo, en ese mismo momento pueden oir una voz de mujer que les grita:
- ¿Están bien? ¿Niños, están bien? ¿No les pasó nada?
Es una señora bastante joven, que corre hacia ustedes, te imaginas que es la Maestra Isa.

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Sigue...